WonkaPistas

26.10.05

La universidad española en su salsa (boloñesa)

No se pierdan este artículo, de título ocurrente, de un buen estudioso del sistema universitario español, José-Ginés Mora: "Bolonia y la salsa boloñesa", en el suplemento de universidad de El Mundo. Sólo a alguien como él, o a gente como Josu (aquí), les he leído recientemente verdades tan evidentes, al menos para quienes vivimos de cerca esa universidad.

Vean de lo que les hablo (mis negritas):

El proceso tenía un objetivo inicial muy ambicioso: un profundo cambio para revalorizar las universidades europeas. Sin embargo, lleva un camino alarmante de pérdida de objetivos, de confusión generalizada que hacen difícil reconocer que la meta era convertir las universidades europeas en una referencia mundial de calidad.

Y eso que es generoso, suponiéndole al "proceso de Bolonia" unos orígenes no contaminados.

Un proceso tan complejo ... sólo es posible llevarlo a cabo de dos maneras. Una es dejar libertad a las instituciones para que se vayan adaptando paulatinamente, para que vayan experimentando, aprendiendo como llevar adelante un cambio tan profundo.

Es decir, algo así como el modelo liberal, de orden semiespontáneo.

La otra alternativa posible es la del fuerte liderazgo. Algún país, como Holanda, adoptó esta vía y posiblemente le irá bien. Esta alternativa exige que los que dirigen el proceso tengan liderazgo y que se den las condiciones para ejercerlo.

De nuevo, espera demasiado de los líderes, pero es posible que en algún sistema universitario que funcione relativamente bien, con sus distintos participantes empeñados (por la razón que fuere) en actuar con un mínimo de calidad, quepa "conducirles" con la adecuada persuasión hacia un sistema mejor, en el que los estímulos para la calidad sean aún mayores. No parece que sea el caso de España, claro:

Ninguna de esas condiciones se da en España. Nuestro sistema universitario tiene demasiados actores divergentes. Tenemos unas universidades autónomas, bajo la responsabilidad directa de unas comunidades autónomas, pero sobre las que el gobierno central interviene sistemáticamente en temas esenciales como son la regulación del personal y de los planes de estudios ... [Además,] el sistema funcionarial del profesorado (para entendernos, de aquí no me quita nadie), combinado con la llamada libertad de cátedra (también para entendernos, puedo hacer lo que me da la gana) convierte al sistema universitario español en una combinación de 17 comunidades autónomas, con 70 universidades autónomas y con 60.000 profesores también autónomos. ¿Alguien, en su sano juicio, piensa que se puede dirigir en cualquier dirección ese sistema a base de decretos?

Es decir, autonomías múltiples, pero (esto no lo acaba de decir Mora) casi sin responsabilidad ni ante quien pone los dineros (los contribuyentes, o la administración pública), ni ante los "usuarios" de la educación (los estudiantes o sus familias; a fin de cuentas, sólo pagan una parte pequeña de sus estudios). Ni responsabilidad jerárquica, ni responsabilidad en un mercado: la dulce irresponsabilidad de los universitarios. Mora tiene la ventaja de llamar a las cosas por su nombre: "de aquí no me quita nadie", "puedo hacer lo que me da la gana". Pero si ni siquiera hace falta ser funcionario en la universidad para lo segundo (y lo primero, no crean, tampoco es tan fácil que te echen por dar mal las clases).

Pero hay un remedio, tipo paños calientes, pero remedio:

En la actual situación, sólo hay una salida para no empeorar aún más las cosas: [d]ejar a las comunidades autónomas y a las universidades que pongan en marcha al ritmo que quieran y cómo quieran las reformas. [E]sta solución tampoco nos llevará a ser referencia mundial de calidad, pero, al menos, no lo estropearemos más. Seguiremos teniendo un sistema universitario mediocre...


Así, con todas las letras, sin que le duelan prendas, m-e-d-i-o-c-r-e.

Sólo se deja una cosa de relieve en su artículo: que a los profesores de la universidad, en principio, no nos gusta que nos estén toqueteando cada dos por tres el plan de estudios por las razones más peregrinas, pero, una vez que toca hacerlo, no son pocos los que disfrutan politiqueando, defendiendo su predio (y el de los suyos), procurando ganar terreno a costa de los demás, promocionando su asignatura, etc. etc., en las comisiones y comités de reforma. Sobre todo si la reforma está desorientada ("a río revuelto...").

Vamos, que muchos, en un proceso de estas características, se encuentran en su salsa.

2 Comments:

  • Wonka, muchos profesores están en su salsa politiqueando pero todos estáis en la lucha por la vida .... porque la universidad sobrevive y sigue ofreciendo carreras a los alumnos y a sus profesores.

    Del artículo de Mora me quedo con el mediocre, ahí sí que duele lo que cuenta.

    Por cierto, y por contradecir a Mora, la boloñesa puede ser una salsa excelente -cuestión de ingredientes, procedimiento y cocinero excelente. Con pasta es uno de los ejemplos más eficientes de alimentación que aúna todos los ingredientes de la pirámide alimentaria a un coste reducido.

    By Blogger Salvatierra de Barros, at 10/27/2005 12:31 p. m.  

  • Pufff, qué tema!
    La universidad es mediocre porque está divorciada de los alumnos, cosa que también sucede en los niveles inferios.
    La mayor parte de los profesores que yo he tenido vivían encastillados en el "esto cae en el examen" y no fomentaban en lo más mínimo la iniciativa personal.
    En la universidad me volví a encontrar lo mismo.
    - Me gustaría hacer unas prácticas sobre tal.
    - No se líe. Coja una de las propuestas.
    - Ya, pero es que me interesa hacer tal.
    - Ya le he dicho que no se líe.

    Así es difícil que la universidad adquiera prestigio. Se premia la inmovilidad y eso no es enseñar.

    En estas circunstancias, el sistema actual favorece a los incompetentes. A menos homogeneidad, menos posibilidades de comparación.

    By Blogger La Magdalena, at 11/09/2005 2:00 p. m.  

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