WonkaPistas

2.4.05

"Hay que compartir"

Esta tarde hemos llevado a nuestros hijos al teatro; ya se sabe, hay que subir la penosa media de los españoles. Teatro infantil, claro, con moraleja incluida. La obra era “Quintín, el bufón parlanchín”. El argumento era simple, pero con cierta miga. El propietario de un circo descubre un día que le han dejado los trapecistas, los elefantes, los payasos, hasta la mujer barbuda: se ha quedado solo con su carpa. No entiende la razón, si les trataba bien: “cuando me pagan cinco, yo les doy uno”. Desolado, llora su desgracia hasta que se le aparece el fantasma de su sabio abuelo, quien le recuerda una historia que le contaba de pequeño, la de “Quintín...”: “cuéntala y sabrás qué hacer”. La mayor parte de la obra consiste en la narración de la historia, en lo que le ayuda otro actor que representa al susodicho bufón. El pobre debe de ser un bufón venido a menos, pues la gente no le respetaba, lo que le sumía en un estado de permanente tristeza. Tras mucho discurrir, se le ocurre que va a inventar algo, se entiende que útil para los demás, para recuperar el aprecio de la gente. Lo de menos es lo que inventa, aunque tiene su aquél: mezcla silencio, cansancio y paz y, tras varios intentos infructuosos, obtiene el sueño. Algo que le agradece mucho la gente, pues se pasaba la noche mirando la luna, de tan bella que era. Quintín recupera el respeto de los demás y vuelve a ser feliz.

La obra se está acabando y viene la moraleja. ¿Qué ha aprendido el propietario del circo de la historia de Quintín? En este momento, a uno (ya saben de qué pie cojeo) se le ocurre que se ha dado cuenta de cómo funcionan los mercados cuando son libres: “como no les pago lo suficiente a mis trabajadores, se han ido a trabajar a otro circo, o han preferido otro empleo que les compense más; maldita competencia, al final tendré que pagarles tres o cuatro cuando me den cinco”. Genial, una obrita de teatro liberal. Qué raro en una sala alternativa de teatro.

Efectivamente, demasiado raro. Al acabar la obra, el propietario del circo se dirige al público de niños y le pregunta: “¿qué he aprendido de esta historia?”. Inmediatamente, salta el resorte LOGSE de un niño de los más mayorcitos: “que hay que compartir”. Y así queda la cosa, con que hay que compartir. El cirquero abre una maleta que le había dejado el fantasma de su abuelo y saca de ahí un corazón. Aparentemente, eso era lo que le faltaba, un corazón, para darse cuenta de que “hay que compartir”, y para demostrar que ha aprendido la lección, de la misma maleta saca unas docenas de caramelos que esparce alegremente entre el público.

Vaya, otra oportunidad perdida para entender cómo funciona la vida económica de verdad. Otra vez será. Por mi parte, cada vez que uno de mis hijos me viene con el “hay que compartir” (normalmente para conseguir que el otro le dé algo que el primero quiere), les recuerdo que sí, que hay que compartir y ser generosos, pero también hay que intercambiar, es decir, contentar a los demás para conseguir algo de ellos. Suena demasiado crudo, pero así es la vida.

2 Comments:

  • Primero, me parece que es lo mejor (¡es que yo lo hago!) eso que les dices a los ninios de que hay que compartir "ma no tanto"... Y, segundo, con ello te contradices con lo que afirmas en primer lugar.

    No creo que esté mal el mensaje de compartir, nada mal... para niños pequeños. Lo mejor para llevar un negocio sensato de mayor es saber compartir de pequeño. La clave la das tú cuando implícitamente hablas de comapartir de verdad no porque el que pretende el reparto quiere lo del otro. Si no quieres compartir de verdad, lo mejor es empezar dando ya que el papá vigila la honradez de la transacción. Eso se aprende de pequeño.

    Tú mismo dices que el "compartir" en boca de un niño es una coartada para el egoísmo. Si el padre vigila no hay coartada posible. De mayor notas, más que piensas, que sin vigilancia o con falta de información o si el asunto es complicado, mejor negociar.

    Saludos.

    By Anonymous Anónimo, at 4/02/2005 11:16 p. m.  

  • Si el cirquero les da ahora 3.Lo que ahora pasa es que ha conseguido una subvencion de 10.Solo tiene que dar 1 al partido politico correspondiente.
    Ahora esta pensando cuanto tendra que soltar para que le recalifiquen los terrenos donde esta el circo....

    By Anonymous Anónimo, at 4/03/2005 10:04 a. m.  

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