WonkaPistas

26.3.05

Dudas sobre la enseñanza escolar muy temprana

El NBER acaba de publicar un estudio (via Marginal Revolution) (aquí el estudio completo y gratis; como se enteren los del NBER...) en el que se analiza la influencia de la escolarización muy temprana en el rendimiento académico y en el buen/mal comportamiento escolar de estudiantes norteamericanos. Las conclusiones son, en parte, esperables y, en parte, llamativas.

Lo esperable es que esa educación muy temprana (prekindergarten en EEUU) aumente las habilidades matemáticas y lingüísticas cuando los niños ingresan en la educación primaria, y también es esperable que esos efectos sean menores y "se disipen a la altura de la primavera del primer curso". Un estudio en Francia constata también que los niños que han comenzado su "escuela maternal" a los dos años tienen mejores resultados al ingresar en la primaria que quienes, por ejemplo, comienzan su "escuela maternal" a los cuatro años; pero las diferencias son muy reducidas. Un análisis del INCE (pp. 144-145; ojo, fichero algo gordo) llegaba a encontrar diferencias en tests de conocimientos aplicados a los 11/12 años entre los escolarizados a los dos años y los escolarizados a los cuatro, aunque las diferencias eran menores, desaparecían en el caso de los centros públicos y no estaban medidas teniendo en cuenta factores que podían influir, como el nivel socioeducativo de los padres.

Lo llamativo, y lo que permite seguir dudando (al menos a mí, que en esto soy bastante "carca", casi tanto, ejem, como Memetic Warrior) de la escolarización muy temprana es el siguiente hallazgo: "la educación temprana ... también impulsa [boosts] los problemas de conducta de los niños en clase y reduce su autocontrol... Para la mayoría de los niños los efectos positivos del prekindergarten se disipan a la altura de la primavera del primer curso, pero los efectos negativos en la conducta permanecen".

No podemos saber, pues el estudio no se ocupa de ello, si esos efectos perniciosos duran más allá de ese primer curso, pero el caso es que duran más que los beneficiosos. Ya le decía yo a mi señora esposa que eso de llevar a nuestros hijos al colegio a los tres años, como todo el mundo, no podía tener tanto de bueno. En fin, confiemos en que el entorno materno-paternal-abuelístico que sigue rodeándolos contrarreste la "malvada" (es broma) influencia de la educación infantil.

1 Comments:

  • Como creo que sabes, Wonka, el informe del INCE que citas no vale un pimiento: si miramos las características, hace más de diez años, de los niños escolarizados tempranamente, se comprueba que existe un sesgo social que el INCE no ha tomado en cuenta, y que por tanto invalida el estudio. Como ejemplo, la comunidad que más ha tardado en escolarizar a todos los niños a los tres años es Andalucía.
    Pero no es esto lo que quería decir en el comentario. Ya se sabe que, aparte otras razones sociales como aparcar el niño mientras trabajas, la escolarización temprana tiene la ventaja del aprendizaje temprano y la desventaja de la socialización temprana (aunque a algunos le suene a chino, la socialización temprana más allá de la familia se ha considerado por filósofos, pedagogos y otras personas como una desventaja, salvo en la mayoría de los totalitarismos).
    Pero eso era cierto cuando existía una escuela en la que a los tres años te enseñaban a leer sin excesivos complejos, a manejarte con números, incluso las primeras reglas matemáticas. Cuando te situaban en el mundo y te preparaban para la Primaria. En resumen, se pensaba --equivocadamente o no-- que la eneseñanza temprana compensaba lo de la socialización.
    Pero hay que preguntarse si en la escuela de la plastelina, donde no se enseña a leer para no dar ventajas a algunos alumnos (y para no tener problemas de distintos niveles, que también) y donde todo parece planificado desde el punto de vista del profesor y no de las necesidades del niño, se compensa la socialización temprana o se agrava.
    Estoy hablando de los dos-cuatro años, por supuesto, no de los niños en las guarderías a partir de los cuatro meses. Es evidente para mí que esa situación debe ser valorada por los padres más de lo que normalmente se hace (debido fundamentalmente a la presión social y a la falsa conciliación de la vida laboral y la familiar, pero eso es otra historia) y que una vez sopesados pros y contras (pero tomando en cuenta estos últimos) tomar una decisión, que en cualquier caso suele ser dura, pues exige sacrificios.

    By Blogger teramenes, at 3/27/2005 3:01 a. m.  

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